Desde hace ya bastante tiempo, cada vez que Tucumán Rugby sale a la cancha lo hace consciente de quién esté al frente; sea quien sea, le jugará como si fuera la final del mundo. Hoy en día, para los demás equipos del Regional, derrotar al líder e invicto “Verdinegro” vale lo mismo que para el Alavés significó ganarle ayer a Barcelona: ni un trofeo ni más puntos de los que otorga un triunfo común y silvestre, sino la enorme satisfacción de vencer a un equipo que parece invencible.
De todos modos, esa chapa no parece incomodarle a Tucumán Rugby, que partido a partido luce cada vez más sólido. Natación, el mismo que lo había puesto en aprietos a mediados de la fase clasificatoria, no tuvo demasiado que hacer en otro primer tiempo impecable del “Verdinegro”, que prácticamente sentenció el resultado antes de llegar al entretiempo.
Al igual que contra Cardenales, los de Yerba Buena prácticamente anularon las posibilidades de su rival con un rugby deluxe, abierto, rápido y sin demasiadas vueltas. Media docena de tries en poco más de media hora no dejan lugar a dudas sobre el unipersonal que fue ese primer acto: fueron dos de Nicolás Fortino, otros dos de Augusto López Salas (que además aportó cinco conversiones), uno de Matías Frías Silva y el restante de Miguel Barrera.
Natación, que chocó con una prolija defensa en los pocos momentos que pudo intentar algo, se presentó mucho más firme en el segundo tiempo, aunque ya para entonces no había demasiado que hacer, ya que levantar un 0-40 en 40 minutos suena casi imposible hasta para los All Blacks. Habiendo sumado su cuarto traspié en fila, los “Blancos” comienzan a alejarse de la zona de Copa de Oro.
Con el bonus, Tucumán Rugby estiró a tres puntos su ventaja sobre Universitario, al que recibirá la semana que viene, en un encuentro que podría costarle la cima o allanarle casi definitivamente el camino al bicampeonato.